Temperatura y Cantidad

 

Hay todavía dos condicionantes más que hay que tener en cuenta en la cocina cannábica: la temperatura y la cantidad (que no es lo mismo que la dosis de hierba empleada). No es conveniente usar el cannabis a altas temperaturas, porque igual que se destruyen los ácidos grasos y las vitaminas de cualquier aceite al cocinarlo, algunos cannabinoides se alteran también por efecto del calor. Pero hasta cierto punto, calentar la marihuana o el hachís es necesario para que sus compuestos se activen y queden disueltos en la base grasa o alcohólica. Por eso, al cocinar con cannabis, es mejor hacerlo durante más tiempo a menor temperatura, que no poco tiempo a alta temperatura. Intenta no superar los 150°C y evita el microondas.


La cantidad de comida que ingieras junto al cannabis marcará también una diferencia. Las dosis de hierba empleadas son siempre las mismas: son fijas por persona y se refieren al total; es el máximo que puedes tomar cada vez. Por tanto, cuanta más comida tomes, menos efecto surtirá la hierba.


Lo más aconsejable es comer un solo plato cannábico de las recetas que se ofrecen en el libro. No intentes hacer todo un menú cannábico (con entrante, plato principal y postre). Los postres suelen ser el tipo de receta más empleada: poca cantidad de comida que se come de una sola vez (una galleta, un bombón, un pedazo de tarta).

Puedes preparar una receta de postre y tomarla por sí sola, sin que esté al final de una comida: tomar recetas cannábicas con el estómago vacío y sin mezclar con demasiada comida es la mejor manera de vivir los efectos con la mayor intensidad.

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