Cultivo Interior o Exterior?

Hay mucho que decir sobre este tema, pero hay que establecer que ambas posibilidades tienen sus ventajas. En exterior, se pueden obtener tres cosechas entre la primavera y el invierno. Excepto que se depende de los  dioses del clima, por lo  que  cultivar en exterior procura muy pocas certezas. Muchas cosas pueden ir mal, y después de meses de esfuerzo, uno se puede encontrar con unos pocos y miserables cogollos para cosechar.

La ventaja de cultivar en exterior es su mínimo coste. Solo necesitamos una buena zona de terreno o una maceta grande donde poner la semilla o esqueje, que crecerá hasta convertirse en un árbol que nos dará varios cientos de gramos de hierba. Si el tiempo no lo impide...
Un esqueje es una pieza cortada de una rama, que se estimula para que produzca raíces. El cultivo de exterior es la mejor manera de que el cultivador principiante conozca la planta de cannabis y sus necesidades de alimentación. El periodo de crecimiento en exterior empieza a principios de abril y llega hasta mediados de agosto, de modo que si se estropea una planta, siempre se puede germinar otra.

Empezando por el cultivo en exterior, obtendras un bagaje de conocimientos que te servirán más tarde si quieres cultivar en interior. El exterior es el mejor cuarto de cultivo para los principiantes, que disfrutarán de las muchas sorpresas que se encontrarán  mientras   ayudan a sus plantas a desarrollarse. Especialmente si se planta en tierra firme, donde no hay otra cosa que hacer más que sentarse y esperar a que las plantas estén listas para la recogida.

En el cultivo de interior, nosotros hacemos el papel de madre naturaleza, por lo que debemos controlar todos los aspectos de la plantación, el aire, la ventilación, los niveles de humedad, etc.

Cultivar en interior es algo más seguro que en exterior, ya que las plantas están convenientemente escondidas dentro. Los vecinos curiosos pueden localizar fácilmente las plantas que  crecen en exterior, y causar algún problema.

En interior se pueden obtener cuatro, cinco o hasta seis cosechas al año,  dependiendo  de la duración del perido de crecimiento de cada variedad. No dependemos de las estaciones climáticas, por lo que podemos elegir el momento de inicio de una plantación. En interior, se tiene completa libertad, se puede cultivar cualquier variedad en cualquier momento.

Por otro lado, hay que prestar mucha más atención a las plantas en interior, lo que supone más trabajo (aunque sea un trabajo placentero). También se necesita una inversión previa, para adquirir los elementos necesarios. Hay que revisar la plantación a diario, y dar alimento a las plantas cada vez que lo necesiten. Si se elige el cultivo de interior, se elige también dedicar buena parte de nuestro tiempo libre a esta actividad.

Pero, como se pueden  controlar la mayoría de los aspectos climáticos, se puede trabajar continuamente  con  el  objetivo de obtener una cosecha maxima de hierba de primera calidad. Podemos controlar la temperatura haciendo que las bombas de aire operen a ciertos niveles, se puede alcanzar la humedad ambiental óptima  instalando un humidificador de aire, y se puede conseguir un buen flujo de aire instalando uno o mas ventiladores en el cuarto de cultivo.

Tanto en interior como en exterior se puede conseguir hierba de excelente calidad en cantidades excepcionales. La elección debe hacerse dependiendo de las propias posibilidades y deseos.

 

pH y EC

El valor pH es el número que indica la acidez del suelo. La escala va del 1 al 14. Una solución con un pH entre 7-14 es “ácida”, un pH de 7 se llama “neutro”, y entre 7-14 hablamos de “alcalino”. Cuanto más bajo el pH, más ácida es la solución. Cuando el pH es demasiado alto o demasiado bajo, las  plantas no pueden absorber todos los nutrientes necesarios, lo que les llevará a sufrir algún trastorno. Un buen pH está entre 5,6  y 6,6. Con un pH en estos valores, las plantas de cannabis pueden extraer correctamente todos los nutrientes del suelo.

El pH también influye en la vida bacteriana del suelo, y esta  vida  activa   incrementa la fertilidad del suelo, lo que genera plantas más fuertes y saludables. Midiendo el pH del agua de alimentación, podemos acidificarla hasta obtener los valores correctos. Casi siempre el agua tiene un pH de alred- edor de 7, por lo que habremos de añadir algo de acidez para bajarlo hasta, mas o menos, 6.3.

Esto, o se hace para todo el cultivo, o no se hace en absoluto. Una vez que hemos comenzado a regular el pH hay que seguir haciéndolo.  Incluso  sin  medidor de pH se pueden obtener excelentes cosechas, pero si queremos consegur mejoras extraordinarias, el pH correcto garantiza mejor crecimiento y mejor floración.

EC es la medida de la conductividad de una solución. La conductividad incrementa la cantidad de sales presentes en una solución. Los fertilizantes no son más que sales. Cuanto más fertilizante se añade al agua, más alto será  el  nivel de EC. Por lo tanto, EC  es una medida de la concentración total de fertilizantes en el agua que se da a la planta.

Durante todo el proceso de cul- tivo, la EC permanece entre 1,2 y 2,8. Se empieza con una baja concentración (1,2), y durante el periodo de crecimiento puede llegar hasta 2,8. Si no hay mas remedio que  aventrurarnos con concentraciones más altas, existen muchas posibilidades de acabar quemando las raíces

 

Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis